adoro las mañanas tempranas cuando la casa aún viste el silencio de la noche, escucho mis canciones favoritas y mi otro yo aparece tranquilo e inspirado.
es tan frágil que intento aprovecharlo.
en este momento todo es posible hasta lo que en un rato sé que será sumamente difícil.
28 abril 2009
buen día
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el libro abierto de Ptolomeo y Copérnico
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