21 abril 2006

Eco

-Uno dice: Eco eco eco
-Eco responde: Eco eco eco

Entonces lo que me pasa no es casualidad –pienso. Es un reflejo de mi misma –me dice alguien en el colectivo que se mete en mis pensamientos (para no hablar sola, vio). Dar, dar, dar... qué doy para recibir esto?
Bueno, a veces las cosas pasan –dice la voz de mi viejo en mi cabeza. Si, a veces converso con él pero sin él. Y sigue: el “meollo” está en que las cosas no son estáticas, cambian y se mueven. Pero están. Hay que vivirlas.

El meollo, a quien a veces nos referimos como “la cosa”, núcleo, “fondo de la cosa”, para mi, está en que a veces quisiera poder tener estas charlas de verdad con él. Y con mi vieja también. Pero no es fácil. Porque también implica darme cuenta de cuanto los necesito; bah, evidentemente ya lo se, lo estoy escribiendo...

A veces siento que lucho contantemente con esa independiente y moderna señorita que creo ser con esa otra mujer que quiere compartir las cosas con quien más quiere (no son sólo mis viejos, obvio y por suerte). "Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son" -Julio Cortázar.

Hoy no estoy dentro de mi. No se donde estoy, no estoy sentada, pero me siento al final de un tubo laaaaargo, grande y oscuro; me veo ahí parada, como si viera la escena desde la otra punta de ese caño. Allá lejos, yo.

Como si se pudiera elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio" –Otra vez Julio.

1 comentario:

celemin dijo...

Bonita descripción del amor, sin duda.