Tengo suerte

No me llegó la carta, pero cuando él llamó por teléfono le develaron la respuesta: si.
Un si bien grande, tanto como el temblor de alegría que se apoderó de mis piernas mientras me lo contaba. Si lo hubiera tenido tête à tête en ese momento, sacaba mi paupérrima veta actoral y me hacía la que me desmayaba de la emoción para que me abrazara fuerte (no en vano una tiene sangre telenovela-latinoamericanesca).

Mientras tanto, en el Salón de la Justicia, mi adorada Alex y su Gaúsho habían estado pensando por mí estos días, lo cual me viene al pelo en ciertos momentos; fue entonces que ella me escribe:

"...ya se nos ocurrió un Plan B (plan baguette), sería así: descartamos el Plan A. Hacemos piripipíPlan Baguette. Ahora bien, si esto no se puede hay que pensar un Plan Baguette et fromage, y si tampoco funciona, ir a por el Plan Croque-monsieur (sambuchito de jamón y queso). Vamos que hay soluciones, que no decaiga!!!"

A fin de cuentas, esto es una evidencia más de que tengo suerte de estar rodeada de esta manera. Tan simple como porque ayudan transformar lo posible en esto increíblemente deseable y maravilloso.
Hay mucho por festejar, la primer ronda va por mi cuenta.

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