10 febrero 2009

Próxima estación: Istambul

Hace unos días hice la valija donde metí casi todo, todo lo que podía traerme y lo que quise traerme de lo que podía traerme. No todo lo que quedó quise dejarlo, pero tampoco podía traer más de 3 valijas encima ni meter a personas dentro. Eso me faltó, eso se extraña.
Todavía me acuerdo lo que putié al llegar a la nueva casa con 3 valijas, 1 grado Celsius, llovizna o chirimiri, 1 mochila, 1 morral con varios libros, el pasaporte, unos tickets y las monedas del vuelto en la mano, además de eso, había que buscar las llaves del departamento. El punto es que ahora tengo que pensar en otra valija, una sola y más liviana donde además de ropa tengo que meter una silla. Si sí, eso tengo que hacer: meter o llevar conmigo una silla a mi próximo destino es parte del proyecto de tesis y aún no tengo ni la punta del ovillo de qué va esto.