30 noviembre 2006

Post de cuti

Siempre lo mismo, siempre igual. Estás en un lugar pero no sos de ahí. Y eso con todos los lugares en donde estuviste. Siempre fuiste el vecino nuevo, el amigo que estamos comenzando a conocer. Italiano en España (salvo cuando abrías la boca), español en Francia, nuevamente italiano en Alemania y francés en Italia*.

Llevás contigo tu propia historia y tu propia geografía en una caja que ocupa exactamente un cuarto del volumen de la maleta en la que cabe el resto de tu universo. Maleta que ya ni siquiera deshacés cuando llegás al lugar de turno aunque hayas aprendido a armarla y desarmarla en un minuto y con los ojos cerrados.

En Buenos Aires fuiste un inglés mal nacido. Y en Londres te sentiste en casa. Pero ¿quién podría no sentirse en casa en Londres si en Londres todo está en Londres y nada es de Londres?

* Sí, siempre latino. Es que no obstante el apellido jamás podrían haberte tomado por polaco, por ejemplo.



pd: "Bueno, yo te lo mando, hacé lo que quieras con él. La nota al pie con * ... blahes" - dijo cuti. Así me escribió... así lo dejé. Sobre todo y más que nada, así porque sí, porque me encanta y porque lo hiciste vos.

pd2: besote beso besote enorme :D -dije yo.

25 noviembre 2006

Post de angus

¿Será trivial y patético que mis recuerdos más importantes de mis viajes sean en su mayoría gastronómicos?
Nunca más volvi a comer una baguette rillete en Paris como en 1996. Lo intenté en el 2003 pero no era lo mismo. No era el mismo.
El queso manchego de Madrid en Madrid lo comí en Buenos Aires y me dio asco.
El mejor apfelstrudel lo comí en Budapest y no en Viena.
Cada tanto intento hacer goulasch pero no me sale como el que comí en Cracovia.
Los alemanes comen milanesas de cerdo. Una delicia. Con una ensalada con una vinagreta muy singular.
Intenté hacer tacos en mi casa pero no tienen nada que ver con los que se comen en la calle del Distrito Federal.
Estuve tres meses en Madrid y fui al Museo del Prado un par de días antes de volver porque me daba verguenza volver sin haber ido. Mientras miraba cuadros de El Bosco, pensaba en un sandwich de boquerones que comia siempre en el Bar La Peña en la calle Embajadores. Los precios seguían estando en pesetas.


Como le pedí, escribió por y para mi sobre cosas que estoy viviendo, este post es de angus, un tipo que además de famoso es encantador (ya lo saben, ahora imagínenlo bailando B52's).
Sabés qué, angus? Escribiste cosas que me suenan y retumban de la misma manera. La importancia de lo gastronómico y cierta sensación con algún museo.

15 noviembre 2006

Así

algunos temblores
expectativas

salgo a correr para transpirar inquietudes,
insípidas,
que ni (psi)quiera algunas me pertenecen
pero ahí están.
me rodeo de música
quedo extenuada y con fiaca.

placer confundido que no encuentra cuando mostrarse,
y ahí andan amándose mi mochila, la cámara, los sueños y el tren(fe);
mientras tanto...
todo (todo), luc lo notó,
y se quedó mirándome:
tengo sus ojos clavados.

feliz

no quiero que se termine.

14 noviembre 2006

Plan chajá

Ya sé, hoy jueves salís por tu barrio porque pensás que Palermo “plancha la verdad” razón por la que enseguida empezás a planchar tu pelo lleno de increíbles rulitos habiéndote aburrido de hacer la plancha toda la tarde y al paso que van las cosas este día preferís empezar a planchar la poyerita que seguir escuchándola con sus historias de histeria de mensajitos de celular. Al mismo tiempo que te quejás del olor a bife que te manda tu vecina, porque se te impregna en la remerita toda planchadita, pensás a esta mina voy a enseñarle a cocinar sin plancha o voy a comprarle una vaporera, entonces, te ponés a tararear manuelita vivía en Pehuajó...lá lá... la plancharon en francés del derecho y del revés... lá lalá para no bajarle la puerta de un timbrazo y revolearle tu plancha por la cabeza. Enchufada.

Lo que no te queda es que mientras tanto estés escuchando Iron Maiden con tu ipod a todo vapor.

10 noviembre 2006

sigo llenando de post-its amarillos mi monitor con reglas de este sistema que no quiero cumplir. Ni las voy a cumplir. Que me vengan a buscar.
(qué me hago la mala, por favorrr, quién se lo cree? yo.)

Cooked

Por qué a veces me cuesta tomar una decisión tan boba? Será porque no es tan boba. O la boluda, claro, soy yo. Aparentemente boba en realidad. La decisión, no yo. Que a mi se me transparenta. Aunque pasé días comiéndome los codos, controlando emociones. Y eso no es nada mio. Pero que los días vinieron cargados de balazos, de decisiones, de bobadas y de palos en la rueda no hay duda. Sí hay duda. Esa que dice si la que anda estúpida soy yo o la decisión es difícil. Hay más dudas. Por qué estoy escribiendo con frases cortas o será que no se escribir? Vamos, a escribir bien me refiero.

Hay plata, emoción y posibilidades de por medio en esta decisión. Pero no es esto lo que me hace dudar. Aunque ya no sé por qué dudo, o mejor, de qué dudo. Si está todo dicho. Esta o aquella. O ninguna. Ninguna es una posibilidad, una gran oportunidad de hacer otras cosas.

Pero quiero tomar una buena decisión.

09 noviembre 2006

In the oven

Can't remember my name.

Y el nombre que me gusta demasiado es abril. Y si pudiera lo escribiría avril, y así me atrae mucho más aún. Además tiene la v (corta).

No porque me guste que sea corta sino que sea ve, pero de las ve que sea v (corta). Y no porque haya nacido en abril, convirtiéndome en retoño de otoño, sino porque suena delicioso a v r i l (y no tiene ninguna o ni eñe que lo haría muy masculino, todo lo contrario a como suena a.b.r.i.l).

Y eso que mi memoria es impoluta. Pero si me olvidé de alguna letra o palabra o de la correcta ortografía es porque así estamos...

08 noviembre 2006

Cocinero mio

Lo conozco muy bien, fue aquella noche que perdí la vista por completo que lo conocí. Dicen que al perder algún sentido todos los otros se exacerban. Y es tan cierto. Tan tan cierto que supongo por eso no me olvido.

Creo que estoy mintiendo, la causa que no pueda olvidarlo son sus sabores que me compraron ni bien dejó que gustara de su cuchara de su mano de sus ganas. El roce de sus manos en mis labios cuando me dio de probar todavía hoy me acaricia. El olor de sus ojos atravesándome para dejar develado que nunca más sentiría algo así acá adentro mareado e intenso me calienta.

Ese libro que ud. tiene sobre la mesa fue el primer libro suyo que leí. Ese de cocina que venía escribiendo en los bares, pausada y ansiosamente, hacía un tiempo ya. Creo que fue su preferido y por eso me lo dedicó. Ay, -suspiro- cocinero mio. Estoy en la segunda hoja, Ce soy yo y dragón en arameo también, al menos eso es lo que me dijo. Tal vez para conquistarme, no sé. De lo que sí estoy segura es que lo logró en una sola noche.

Un día me esperó con un Ginsú gigante, bien escondido, dentro de lo que se puede ocultar un cuchillo de 30 cm de largo, brillante plata y recién afilado. Susurró mi nombre pegando sus labios a los míos... y zás.

Lo poco que recuerdo de esa mañana es que la relación entre el cuchillo y mi mano chica pero de empuñadura segura era desproporcionada. Atroz. Mañana oscura si las hubo. No dudé en apuñalarlo causándole una herida profunda y fuerte, dejándolo con las tripas en la mano.

A joderse.

No quiero que nadie lea esto, al menos no lo voy a publicar, pero de lo que estoy segura es que la única forma de perdonarme y perdonarlo es no dejarme llevar más por la sensación del sabor intenso de un buen pollo al champignon.

-eternamente desangrada, Candela.

07 noviembre 2006

Ojos de dragones

Si eligiera tatuarme seguro sería un dragón. Un buen dibujo de dragón, amable de trazos suaves pero rotundos y de colores justos. Ya lo tengo hecho hace años, pero alguna parte de mi sabe que los tatuajes no me van; más allá que el dibujo sea lo más preciso e inmutable, lo que deja eso en mi piel no es lo que el dibujo dice. Algo del dragón soy yo, pero algo de la idea de ir tatuado por ahí no es mía. Eso está tan claro que opone ganas con ideas.

El dragón es un buen reptil del orden de los saurios. Y ser saurio es lo más. No tengo dudas. Ojos grandes, pestañas alargadas, plena voracidad con voluntad y en la panza, esa zona tan sensible, erigir alas.
Al menos tener algo que ver con ellos no sería increíble?

Él debía tener unos 9 años, pelo negro y correctamente lacio, teñido con agua oxigenada unos mechones ya crecidos, ojos enormes redondos y negros, sonrisa blanca impoluta, labios agradecidos y unas manos chicas mugrientas y con arrugas de horas que no ven el sol. Un poco imponente, pechito erguido sobrador y curioso de todos los otros y de nosotros.

Absorbe tanto más de lo que imagina, e imita mucho más de lo que quisiéramos.

Ayer en el subte, finalmente, se me acerca, se sienta a mi lado y nos conocimos:

-eso que llevás son botellas de Gancia? (me pregunta)
-si, por qué?
-quería saber. Me das una?
-es para vos?
-si
-no
-no sos mi mamá.
-no, no lo soy... Pero puedo decirte que “no” igual. Cuidarte al menos?
-son para vos?
-me las regalaron, en realidad.
-me das una?
-no.
-bueno, entonces dibujame un dragón. Pero así de grande (y abrió los brazos de par en par, lo más que le daba su cuerpo).

¿Cómo lo supo?

yo encantada.

06 noviembre 2006

Un sueño

Me desperté y estaba cerca de Nashville*, pero lejos aún de donde yo quería estar. Al menos esa mañana iba a desayunar muy bien hasta que vi que se metían en mi plato, que se veía tan delicioso, por lo que hubiera ahorcado a quien lo estaba disfrutando.

... que resultó ser el cocinero; siempre es el cocinero.

Corría (o eso intentaba) por la calle llena de gente extraña y no podía avanzar. Confieso sentir que hacía toda la fuerza, como la sensación cuando corrés en el agua y que toda la masa de líquido te empuja para atrás burlándose con sonrisa newtoniana de toda tu destreza. Y mientras trataba de llegar (?) mi mamá, desde la vereda de enfrente me dice: yo no uso una bombacha anoréxica, bichooooo.

Me dicen bicho en la familia. Soy un bicho (para muchos).

Aparezco en una cornisa con las patas colgando, termino otro libro y caigo en la cuenta que a veces me voy de boca. Sentirse la más boluda es fácil. Entre sueños creo despertarme, ni idea qué hora sería, y me acomodo más abollada en la cama. Hago de mis pensamientos firuletes y los abandono totalmente fuera de mi. No los quiero llevar más encima, por más que me pertenezcan no están más conmigo.

Ahora bien, volver a juntar todos los argumentos que demuestran lo contrario, que ser una idiota es más normal de lo que parece, lleva su puñado de sucesivos encuentros.

Una bocanada de aire, in.
Un suspiro, out.
Y ya, rem.


Freud, chupate esta mandarina (y no me tirés la cáscara).


*la Nashville, Tennessee, que me sorprendió.

03 noviembre 2006

Eso (y gracias por la palabra).

No me salía describirlo, pero ahora si. Estoy espesa.

Y digo: los objetos ocultan. Eso es lo que los hace tan adorables.
Pero algunos diseñadores apestan por carecer de la simple capacidad de jugar con la dualidad velar / develar; hasta en el modo de hablar.
Lo obvio frente a nosotros mismos suena a impostura total; como quienes dicen ser lo que no son.

Y yo? Llena de pulsiones, tanto en lo personal como profesional.

Vaya vaya vaya

... entre ojo y ojo sólo veo que quisiera que me comieras a mordiscones, piel con piel (y las manos tan entrelazadas que aprietan), como cuando me sube ese-no-se-que desde lo más bajo, a presión de cosquillas, porque a tus labios se les dio por descansar all over me; si cada centímetro de sonrisa confesara cuánto quiero que me toques y cerrar así los ojos entregad

... y de pronto
me desperté entre zarandeos y el grito de la mina que me dice: Dale boluda, movete, movete rápido que es viernes. Viernes, entendés? Hoy salimos. Joda joda jod jo

02 noviembre 2006

Bajo presión

Y de pronto veo que el lápiz 2B que uso tiene grabado un número y otras cosas en bajo-relieve, así:

industria argentina
013084
u pimp

(?)

Entre divergencias no tan oportunas compuse el párrafo de una canción con buenos insultos; sólo porque si. Y si, hoy desvarío.

Porque si.

Siempre admiré la capacidad de respuestas que mi prima saca de la galera para responder las inquietudes de sus hijos, que por cierto han salido grandes preguntones con buen arte de enredo (ésos son mis pollos).
La más chica, una deliciosa nena de ojos enormes con casi 5 años, demandaba una y otra vez que le explicara bien las cosas bajo estas palabras:

Guille: _ma, dame una explicación más racional (?) que lo que me estás diciendo.
Mamá: _no, Guille, a veces es no y punto.
G: _por qué?
M: _porque si.
G: _por qué “sí” y por qué “no”?
M: _qué? ... eh? ... (empezaba a marearse, porque siempre estas cosas pasan cuando estás en otra además de tener a la nena atacando a preguntazas limpias) Que “no” a lo que me pedís. Que “si” a que es un “no” rotundo. Punto. No siempre hay una razón inmediata para todo, y sabés que no todo es a tus ganas.
G: _ufa.

Se va alternando enfado con satisfacción y cuando vuelve a la cocina vestida impecablemente de la Sirenita Ariel le plantea: _ma..., si me caso con el Rey me van a hacer reverencia, no? Lo malo va a ser que no van a saber nada de mi y todo lo van a suponer.


Cuando sea grande quiero ser como ella. Definitivamente.

01 noviembre 2006

Pétite femme

Para qué ser mujer si los ovarios van a funcionar descaradamente en discordia?
Y a veces, mal.

Como si todas (sí, todas) las otras cualidades no dependieran ni pendieran invisiblemente de esta primogénita idea de femineidad.

y si. si. me salió así.
hablo de la relación ellos con el universo todo el resto de las cosas y cualidades. con ese
andar que nos "convierte" en mujer (y no meramente de lo cíclico).
esto lo estoy agregando después, lo sé.