Ni la falta de aire a fin de mes ni la asfixia de algunos pasados la frenan esta vez. Se anima pese a lo que lleva en los bolsillos flojos del levi's 505. Ya no hay nada que la acobarde, aunque conoce las astillas del camino.
Se mira al espejo, desnuda, reconociéndose nuevamente. Se viste con su mejor cara, busca sus propios ojos y entiende que su geografía es esta. Las fronteras siempre estuvieron para recorrerlas -piensa-. Entonces se corre la venda de los ojos, despacio, para no dañar los grumos de la ilusión, gira el globo terráqueo, estira su dedo índice y por segunda vez caen los intentos en el mismo sueño.
Emigrar.
Vuelve a mirarse. La cola es multitudinaria, lo sabe, por más que el sueño sea único ahí ella no lo es.
Vuelve sobre su reflejo mientras con la otra mano saca a desempolvar su tablero y sus fichas y piensa que esta vez siente más claro que el tiempo apremia.
y de fondo /!/